Todo había pasado por manos morenas o amarillas, había sido mojado por la lluvia de los trópicos, había contemplado la maravilla de la selva...
Ahora, para encontrarme a mí mismo, entera y ardientemente, tenía que recurrir a un fuerte estímulo que me sacudiera...
La infancia de un mago
No hay comentarios:
Publicar un comentario