Coaching para todos

lunes, 31 de diciembre de 2012

Un año, una vida


Un día en el que todo cambia, y sonreímos. Un día en el que todo pudo ser confuso, donde nuestros pensamientos se agrietaron y nuestros sueños murieron lentamente con nuestras esperanzas ... o tal vez no.

Un año, tal vez para olvidar, quizá para recordar por el resto de nuestra vida.Un día, en cualquier mes, donde nos enamoramos, conocimos al fin a nuestro amor verdadero, despedimos para siempre a esa persona que tanto nos dañó, o simplemente vivimos igual que otros tiempos atrás. Pero ... todo cambia. Y tal vez, fue el momento para encontrar o dejar de lado, para amar u olvidar completamente, para erguirse triunfante o morder el polvo de la angustia y la desesperación, para creer una vez más en nosotros mismos y volver a intentarlo.

Un día,un momento ... en el que pudimos saber para dónde íbamos,o talvez no, dónde pudimos tocar todas las puertas de la oportunidad o la inacción, dónde estuvimos en completa soledad, y nadie se apiadó de nuestros gritos, donde estuvimos al final,rodeados de todo eso que soñamos durante nuestras esperanzas más audaces.

Un día,un lugar, un momento ... dónde aprendimos a crecer, a perdonar, a pedir, a dejar, a reintentar, a invocar, a sufrir, a querer y amar y tal vez nos dimos cuenta .


Un día, un momento, un año, donde todo cambia, donde todo se transforma, donde la vida va y viene, donde las palabras se olvidan y los hechos marcan la diferencia. Un año más ... donde esperamos dar lo mejor y recibir otro tanto, donde reímos, lloramos, perdimos, ganamos, morimos, renacimos, olvidamos, quisimos, amamos, rezamos y, finalmente, nos encontramos.

Un día, en el que tuvimos la oportunidad de mirar por última vez a nuestra madre, a nuestro padre, a nuestros hermanos, a nuestros amigos o ...a esa persona que dejó su marca indeleble en nuestro corazón. Y volver ... volver a intentarlo una vez más, otro día, en otro lugar, en otro momento ... una nueva oportunidad, esa que nunca termina a pesar que pasen los años, ese fuego eterno que siempre nos quema por dentro y nos dice que todavía queda un camino más por recorrer, esa palabra que nos alienta y nos dice que aún no es tiempo de bajar los brazos. Y nos quedamos quietos, pensando, haciendo un balance; y asentimos o negamos, cavilamos o confirmamos, destrozamos o construimos, recordamos o quizá, olvidamos para siempre. Y todo en un año, que no es más que un eslabón de una gruesa cadena de historias.

Un día, un lugar, un momento, una vida... Un año.

Jesús Alejandro Godoy

martes, 18 de diciembre de 2012

lunes, 17 de diciembre de 2012

Curso particular Nivel 1

El sábado pasado impartí un curso particular de Reiki de nivel 1. Llego puntual al domicilio de una de las dos hermanas que van a comenzar su camino Reiki. Lo primero que encontramos cuando nos abren son dos grandes sonrisas, sinceras, llevas de calidez e ilusión.
Comenzamos y vamos desarrollando el temario, dudas, preguntas, experiencias, prácticas ….  Y el tiempo nos vuela.
Como siempre con cada curso aprendo.  De una, me llevo toda su LUZ, todo su coraje, su fuerza interna. De la otra, su solidaridad. Me dice que su motivación para aprender Reiki es ayudar a su hermana, acompañarle.  Y yo pienso, si Reiki es la energía del amor,  ¿qué puedo yo enseñarle?
Puedo enseñarle la técnica, qué es Reiki, cómo canalizar  la energía, pero el amor son ellas quienes me lo enseñan.

Sólo por hoy, ¡¡¡GRACIAS!!!

sábado, 1 de diciembre de 2012

Diciembre

De nuevo nos encontramos con el último mes del año, diciembre, un mes de regalos, de compras, de comidas, de atascos, de excesos incluso.

Un mes lleno de mañanas, de tardes, de noches, de ceremonias, de villancicos, de ilusiones, de recuerdos.

Un mes que recoge y cierra todo lo ocurrido en primavera, verano y otoño.

Un mes en el que replanteamos nuestra vida, la repasamos, y volvemos a nuestros sueños, a nuestros destinos tal vez .

Un mes en el que podemos adornar nuestra casa, releer los cuentos de navidad de Dickens, organizar una velada de películas clásicas, cumplir el sueño de un niño que no sea el nuestro, preparar la bandeja de turrones y buscar nuestra propia estrella.