Cuanto más envejeces,
mayor es la presión del mundo
y más tiendes a descorazonarte.
Pero a buen seguro habrás visto
que algunos santos
actúan siempre sin temor,
con el corazón rebosante de amor
y completamente libres
en todas las circunstancias de la vida.
Mientras que vuestra vida
está siempre paralizada
por el temor y el desánimo.
Intentad ser fuertes,
sacudíos todos los miedos,
y haced progresar el bien en el mundo
mediante un trabajo desinteresado
que ocupe toda vuestra vida.
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