“Amados Seres de Luz:
Ante nuestros ojos se ha reunido hoy un pequeño grupo de
personas que llevaban entre sus manos toda la ilusión y la verdad que sus
corazones irradiaban, en un acto puro, desinteresado y lleno de una luz y un
amor como sólo los niños pueden sentir y
dar con infinita generosidad.
Ha sido un encuentro en el que todos habéis sido maestros y
todos habéis sido alumnos. Un paso más en vuestra tarea de aprender y recordar para caminar hacia vuestra evolución…
Hoy, pequeños seres en edad –que no en espíritu- os han tomado
de las manos, os han tocado y sanado. Os han dado libremente todo su amor, al
que habéis correspondido con sonrisas de aceptación, ánimo y orgullo, con
abrazos e incluso con lágrimas… Vuestros niños han llamado y encontrado a los
niños que aún sois en vuestro interior, y eso no debéis olvidarlo.
Les habéis acompañado en el comienzo de un nuevo camino, les
habéis mostrado el horizonte y les miráis, orgullosos y con todo vuestro amor
de padres. Y ellos ahora saben que siempre estaréis con ellos, y que ellos os
llevarán siempre a su lado, guiándoles incluso desde dentro de su corazón.
Hoy han sido ellos quienes os
han llevado a su mundo, en el que todo es sencillo y en el que las verdades más
trascendentales son expresadas y asimiladas con la mayor naturalidad y
frescura. Hoy habéis sido vosotros, adultos, los que os habéis reconciliado con
vuestros propios niños interiores, llevados de la mano de esos pequeños a los
que queríais enseñar vuestro mundo. Y sois vosotros los que habéis descubierto
el suyo.
No habéis estado solos, sabemos que éramos conscientes de
nuestra cercanía, pues también deseábamos ser testigos y partícipes de esos
momentos. Y hemos sido inmensamente felices al veros reír y compartir tanto… No
ha sido necesario recordaros que os queremos, pues era tanto el amor que
contenía la habitación que incluso nos hemos llevado un poco con nosotros…
Para los niños, nuestro mensaje es que crezcáis con sabiduría.
No dejéis de aprender de todo cuanto ocurre a vuestro alrededor. No perdáis
vuestra capacidad de sorprenderos y maravillaros ante lo desconocido. No
aceleréis vuestro paso por esta existencia, no hay prisa, no hay prioridades
que os impidan vivir cada momento de vuestras vidas con intensidad.
No queráis ser adultos demasiado rápido, y mantened en
vuestros corazones todo lo que habéis aprendido hoy. Sois unos ángeles
terrenales preciosos, de un gran valor. Sois todo Amor y por eso os queremos y
bendecimos, y siempre que nos llaméis estaremos ahí…”
Firmado: Un millón de Ángeles
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