jueves, 4 de diciembre de 2014

Pensamiento positivo

En la tertulia del mes de noviembre hablamos sobre el pensamiento positivo. Comenzamos diciendo que nosotros partimos de la premisa de que los pensamientos  son una forma de energía. Todo realmente es energía y depende de cómo vibre, esa energía será más densa o más sutil.  Por tanto, entendidos así, lo que hay son formas mentales de energía. Y lo que sí es correcto o incorrecto, positivo o negativo, es la dirección y el propósito con el que creamos nuestros pensamientos, entendiendo que son correctos si nos acercan a nuestros objetivos e incorrectos si no lo son. Por tanto, puede haber pensamientos correctos para una finalidad que a la vez sean incorrectos para otra.


Pero entonces, ¿qué es el pensamiento positivo?
¿Es repetirse frases positivas? No.

¿Por qué?
Porque los conflictos, todos, se componen de tres partes:
1.      Los pensamientos que tenemos acerca del conflicto.

2.      Las emociones que sentimos
3.      Lo que hacemos para resolver el conflicto.

Si nos limitamos a cambiar los pensamientos, repitiendo frases positivas, es posible que esas frases nos ayuden con nuestro estado de ánimo, lo cual es muy importante, sin embargo, no servirán para encarar la situación. Para ello, debemos abordar el trabajo teniendo en cuenta no sólo los pensamientos, sino también nuestras emociones y lo que vamos a hacer al respecto, o no seremos capaces de obtener la tranquilidad deseada.
Imaginad que vais al médico con un esguince y os dice que, para que se cure, lo único que tenéis que hacer es repetir mental o verbalmente y/o escribir muchas veces, frases positivas  ¿Sólo así se curará vuestro esguince?
José Barroso se ha encontrado, en consultas de coaching que realiza, con personas que se consideraban a sí mismas positivas pero que tras tratar de solucionar situaciones incómodas y molestas solo a través de los pensamientos y no lograrlo, han pensado que ellos mismos eran el problema, al no ser capaces de hacer que el método funcionara.
No dejéis que eso os ocurra. Plantear y revisar vuestros “problemas” teniendo en cuenta las tres partes mencionadas. Si no sabéis bien como comenzar, pedid ayuda. Pedir ayuda, cuando la necesitamos, nos hace más fuertes. No utilicéis el autosabotaje porque éste no os auxiliará.
Sabemos que al principio puede ser difícil aceptar ésto, pero recordar que sois vosotros los protagonistas de vuestras vidas.

Os dejamos unas preguntas para vuestra reflexión:
¿Habéis probado a resolver vuestros conflictos repitiendo frases positivas? 

¿Qué habéis conseguido?
¿Por qué una misma situación es vivida de forma diferente por diferentes personas?
¿Serán nuestros pensamientos y no las situaciones en sí mismas, los que nos generan disgusto?
Nosotros, os esperamos, el próximo jueves 11 de diciembre, en Carey Lounge Bar, para hablar de mindfulness.

Centro Comercial Burgocentro, local 85, en Las Rozas de Madrid.

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