jueves, 25 de septiembre de 2014

Reiki en pareja

NUESTRO REIKI EN PAREJA

Una vez decidido el día y el lugar, (estaba nerviosísima con toda la expectación de cómo iba a ser, para bien o para mal siempre suelo alterarme ante cualquier situación nueva) quedamos con Berta para que nos impartiera a mi chico y a mí, nuestro primer nivel de REIKI. Ante todo,  tengo que decir, que somos dos personas muy “con los pies en la tierra” como yo digo… acudimos al curso con total escepticismo ante lo que podría ser, pero eso sí, con gran curiosidad e interés, porque nos encanta aprender y conocer cosas diferentes, personalmente sentía una gran curiosidad y creía y de hecho creo que el REIKI podría aportarme las respuestas que tanto he buscado siempre, mi chico por su parte afrontaba el reto como una experiencia más y que podría aportarle otro punto de vista que complementara su visión del ser humano, ya que ha estudiado psicología y es su gran pasión.

Una vez hechas las presentaciones, he de decir que José, el marido de Berta también estuvo presente en nuestra formación y sus aportes y experiencias, nos sirvieron de mucho. Primeramente, Berta nos hizo una breve introducción, contándonos un poco como surgió esto del REIKI, su historia y sus aplicaciones, hicimos algunos ejercicios básicos  relacionados con la energía y ya nos encontrábamos inmersos en el curso, asimilando toda la información que Berta nos transmitía, de vez en cuando intercambiamos entre nosotros alguna mirada cómplice, mi chico sabía lo nerviosa que estaba y en todo momento me sentí protegida a su lado, al igual que Berta y José, que hicieron de esta primera parte, un momento muy cálido y distendido, nos sentimos muy a gusto, es un placer tratar con ellos y ver que en determinados temas, pese a tener cada uno una visión distinta, todas ellas eran discutidas de una forma respetuosa y enriquecedora, aprendimos mucho de esta primera parte.

Poco después pasamos a la parte más práctica, sentados el uno frente al otro, Berta nos dio unas pautas para relajarnos y empezar a concentrarnos en su voz,  imaginar un paraje, un lago que debíamos recorrer, disfrutar de él y simplemente dejarnos llevar por nuestra imaginación, guiada por la voz de Berta. Personalmente me sentía en esos momentos muy nerviosa, muy expectante por lo que vendría después, tanto fue así que en cierto momento de nerviosismo, desee que mi chico estuviera paseando junto a mí, en mi lago particular…Y allí estaba él,  ¡apareció! cogiéndome de la mano, diciéndome que no pasaba nada, me sonreía…Y eso me dio fuerza y ánimo para continuar el ejercicio, quería llegar hasta el final. La siguiente fase implicaba encontrarnos con nuestro niño interno, en este punto, cada uno lo vivimos de una forma diferente, en mi caso, mi niña interior no quería hablar conmigo, me cogía de la mano sin hablar, señalándome un cuento, pero no podré olvidar ese momento, porque por más que mi mente racional intentaba buscar una explicación a lo que estaba viviendo, la imagen estaba ahí y me estaba produciendo una gran pena, sentía pena por esa niña, que era yo misma de pequeña, la prometí volver. Una vez finalizado este ejercicio, Berta nos tocó las manos  y abrazó,  sentí una sensación que no sabía describir, no era tristeza, era emoción, profunda emoción…Los sentimientos los tenía a flor de piel, mi chico en cambio sí tenía a su niño feliz y contento, incluso habló con él, estaba entusiasmado con la experiencia, cada uno lo vivió de forma diferente, pero para ambos fue increíble y ambos lo compartimos, sentí un profundo alivio al contarlo y mucho más cuando mi chico me abrazó, fue un instante precioso, porque adoro sus abrazos y en ese momento lo necesitaba, habíamos completado en este momento nuestra iniciación.

Ya más tranquilos, Berta nos explicó como debíamos colocar nuestras manos en los puntos energéticos, para finalizar intercambiando REIKI entre nosotros, cada uno tocando el chackra corazón del otro, fue un momento muy intenso y mágico, sólo podíamos mirarnos y sonreír, REIKI o no aquello que estábamos intercambiando era puro y dulce amor, y sentirlo a través de las manos del otro, sinceramente, resulto precioso, es una forma de transmitir los sentimientos que va más allá de las palabras y tampoco podíamos explicar que sucedía, una vez más nuestro lado racional se quedó sin argumentos para explicar esas sensaciones. En algunos puntos si podríamos describir una sensación de calor, hormigueo, siempre agradable…Después de esto, ya me sentía totalmente relajada, como si me hubiera quitado un gran peso de encima. Tras un rato de charla con José y Berta, nos fuimos con la idea de que lo que habíamos experimentado había sido único y genuino,  de hecho no pudimos dejar de hablar de ello en todo el día y durante semanas. No podríamos haber elegido una maestra mejor y con mayor vocación por enseñar como Berta, sinceramente fue un placer, que esperamos poder repetir. Y entre nosotros, esta experiencia nos ha enriquecido, nos ha proporcionado un conocimiento más profundo el uno del otro que sin duda alguna, nos ha hecho crecer como pareja, para ayudarnos a comprendernos y apoyarnos, para conocer aún más a la persona con la que compartimos nuestro día a día y de la que en mi caso particular, sólo puedo hablar maravillas…Así es el amor…

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