jueves, 19 de junio de 2014

La ley del Equilibrio

Sobre la Ley del Equilibrio, Inteligencia Espiritual de Dan Millman



Vamos a favor del viento, y por eso él todavía no ha percibido nuestra presencia,…



¿Puedes tú mantener el equilibrio como ese pelícano? … Me refiero a sentir lo que ese pelícano está sintiendo dentro. ¿Puedes permanecer tan calmado a lo largo de tu vida cotidiana?



Tú no sientes frecuentemente esta serenidad, ¿verdad?



Cada cuerpo humano suspira en busca de un estado de equilibrio interior, de paz interior.



Bueno, supongo que entenderás que sirve de bien poco aconsejar a las personas tensas que se relajen si no conocen lo que se siente cuando se está relajado. Pero una vez que experimentan un estado de profunda relajación, tienen un punto de referencia; pueden notar la tensión con mayor facilidad y pueden seguir unos pasos para desprenderse de ella. Y ahora que conoces lo que se siente cuando estás en verdadero equilibrio, comenzarás a notar lo que es estar fuera de equilibrio en cualquier faceta de tu vida; funciona como una señal automática para que puedas volver a ese lugar de equilibrio en tu interior. La Ley del equilibrio se puede aplicar a partir de notar tus faltas de equilibrio.



… cualquiera que sea el estado físico o emocional al que estés acostumbrado –incluso si es un estado de tensión o desequilibrio extremo– parecerá normal para ti.



Entonces, ¿cómo puedo hacer este cambio hacia el verdadero equilibrio?



La manera más fácil de encontrar el centro es sobrecorregirte, practicar deliberadamente lo opuesto de lo que estás acostumbrado a hacer. Por ejemplo, si hablas demasiado rápido o demasiado flojo, para que la gente te entienda, entonces deberías deliberadamente hablar de una manera que a ti te parezca demasiado lenta o demasiado alta.



Hacer es entender.



El equilibrio comienza con la respiración. Inspirar y expirar son los ritmos primitivos de la vida misma. Inspirando encuentras inspiración; expirando encuentras desahogo. Inspirar y expirar, nacimiento y muerte con cada respiración.


Siente tu respiración ahora. Date cuenta de qué manera los ritmos de tu respiración están desequilibrados, al igual que tus emociones. Cuando sientas furia, acéptala completamente, y lleva tu respiración al punto de equilibrio. Cuando sientas lástima, abrázala con cariño, y lleva tu respiración al punto de equilibrio. Cuando sientas miedo, hónralo, respira profundamente y encuentra tu equilibrio.

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