Dice una antigua leyenda que, cuando Dios estaba creando el mundo, se le acercaron cuatro ángeles. Uno de ellos le preguntó:
— ¿Qué estás haciendo?
El segundo quiso saber:
— ¿Por qué lo haces?
El tercero dijo:
— ¿Puedo ayudarte?
Y el cuarto preguntó:
— ¿Cuánto vale todo esto?
El primer ángel era un científico; el segundo, un filósofo; el tercero, un altruista; el cuarto, un agente inmobiliario.
Un quinto ángel se dedicaba a observar y a aplaudir con entusiasmo. Era un místico.
Cuento tomado del libro “La oración de la rana”, de Anthony de Mello.
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