El sábado pasado impartí un curso particular de Reiki de nivel 1. Llego puntual al domicilio de una de las dos hermanas que van a comenzar su camino Reiki. Lo primero que encontramos cuando nos abren son dos grandes sonrisas, sinceras, llevas de calidez e ilusión.
Comenzamos y vamos desarrollando el temario, dudas, preguntas, experiencias, prácticas …. Y el tiempo nos vuela.
Como siempre con cada curso aprendo. De una, me llevo toda su LUZ, todo su coraje, su fuerza interna. De la otra, su solidaridad. Me dice que su motivación para aprender Reiki es ayudar a su hermana, acompañarle. Y yo pienso, si Reiki es la energía del amor, ¿qué puedo yo enseñarle?
Puedo enseñarle la técnica, qué es Reiki, cómo canalizar la energía, pero el amor son ellas quienes me lo enseñan.
Sólo por hoy, ¡¡¡GRACIAS!!!
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