Tercer chakra:
Nuestro poder personal
La energía del tercer chakra, que es la del poder personal, se convierte en la vibración dominante de nuestro desarrollo durante la pubertad.
Ubicación: El plexo solar
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Miedos principales: Miedo al rechazo, a la crítica, a parecer estúpido y a no cumplir las propias responsabilidades; todos los temores relacionados con la apariencia física, como el temor a la obesidad, a la calvicie o a la vejez; miedo de que otras personas descubran nuestros secretos.
Fuerzas principales: Autoestima, respeto propio y autodisciplina; ambición, capacidad para generar acción y para manejar una crisis; valor para correr riesgos; generosidad, ética y fuerza de carácter.
La misión de las energías del tercer chakra es ayudarnos a madurar en la comprensión propia, es decir, en la relación que tenemos con nosotros mismos y la forma en que nos sostenemos solos y nos cuidamos.
Verdad sagrada: Respétate a ti mismo.
Asertividad y habilidades para establecer límites y ser capaces de decir No cuando sea necesario caracterizan un tercer chakra equilibrado.
Nuestro poder personal resta autoridad al poder tribal (las creencias de otros), entonces asumimos la capacidad de cambiar nuestra vida.
La consecución del poder personal consta de las siguientes fases:
1. Revolución (encontramos nuestra voz)
2. Involución (sabemos que vamos a perder nuestra ”seguridad”)
3. Narcisismo (nos remodelamos y nos gustamos)
4. Evolución (nuestro espíritu toma el mando).
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El desarrollo de la autoestima se corresponde con el tercer chakra. La forma en que uno se siente consigo mismo, si se respeta o no, determina la calidad de vida, la capacidad de triunfar en los negocios o el trabajo, las relaciones, la curación y las habilidades intuitivas.
La comprensión y aceptación de uno mismo, el lazo que forma consigo es en muchos sentidos el principal desafío con el que se enfrenta. Si una persona no se gusta a sí misma será incapaz de tomar decisiones sanas.
En lugar de eso, cederá a otro su poder personal para tomar decisiones, a alguien a quien desea impresionar o ante quien se cree que debe ser débil para obtener seguridad física. Las personas con baja autoestima entablan relaciones y se ven inmersas en situaciones laborales que reflejan y refuerzan esa debilidad.
Nadie nace con una autoestima sana. Hemos de aprenderla a lo largo del proceso de vivir, a medida que vamos haciendo frente a un desafío tras otro.
Cada vez que decidimos fortalecer nuestro poder interior, limitamos la autoridad que tiene el mundo físico sobre nuestra vida, nuestro cuerpo, nuestra salud, nuestra mente y nuestro espíritu. Cada elección que fortalece el espíritu refuerza el campo energético, y cuanto más fuerte es, menos conexiones hay con personas y experiencias negativas.