...Sólo entendemos del todo el milagro de la vida cuando dejamos que suceda lo inesperado....
Todos los días Dios nos da, junto con el sol, un momento en el que es posible cambiar todo lo que nos hace infelices.
Todos
los días tratamos de fingir que no percibimos ese momento, que ese
momento no existe, que hoy es igual que ayer y será igual que mañana.
Pero quien presta atención a su día, descubre el instante mágico.
Puede
estar escondido en la hora en que metemos la llave en la puerta por la
mañana, en el instante de silencio después del almuerzo, en las mil y
una cosas que nos parecen iguales.
Ese momento existe: un momento en el que toda la fuerza de las estrellas pasa a través de nosotros y nos permite hacer milagros.
La
felicidad es a veces una bendición, pero por lo general es una
conquista. El instante mágico del día nos ayuda a cambiar, nos hace ir
en busca de nuestros sueños.
Vamos
a sufrir, vamos a tener momentos difíciles, vamos a afrontar muchas
desilusiones..., pero todo es pasajero y no deja marcas.
Y en el futuro podemos mirar hacia atrás con orgullo y fe.
Pobre
del que tiene miedo de correr riesgos. Porque ése quizá no se
decepcione nunca, ni tenga desilusiones, ni sufra como los que persiguen
un sueño.
Pero
al mirar hacia atrás oirá que el corazón le dice: "¿Qué hiciste con los
milagros que Dios sembró en tus días? ¿Qué hiciste con los talentos que
tu maestro te confió? Los enterraste en el fondo de una cueva, porque
tenías miedo de perderlos. Entonces, ésta es tu herencia: la certeza de
que has desperdiciado tu vida".
Pobre
de quien escucha estas palabras. Porque entonces creerá en milagros,
pero los instantes mágicos de su vida ya habrán pasado.
Paulo Coelho
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